Thursday, January 16, 2025

Los 10.000

Recuerdo, con claridad cristalina, que siendo yo niña aconteció un revuelo colosal en las redes sociales y demás medios de comunicación. La causa de tal alboroto fue el anuncio del nacimiento del humano número 10.000 millones, un suceso que el mundo entero aguardaba con expectación casi febril. Dicho evento, según se decía, simbolizaba la consumación de la superpoblación global y serviría de excusa a los gobiernos para restringir aún más las menguadas libertades de sus ciudadanos.  

Empero, ese mítico humano jamás fue uno solo. Por el contrario, en diversos rincones del orbe nacieron varios infantes que, con idéntico ardor, proclamaron ser aquel famoso y anhelado número. Yo misma conservo vívida memoria de, al menos, cinco o seis de tales criaturas, cuyos nacimientos coparon los titulares de los diarios y encendieron las tertulias públicas con apasionados debates.  

Es menester señalar que algunos de estos autoproclamados "10.000" fueron posteriormente desmentidos, ya que su llegada al mundo se produjo fuera del rango temporal estipulado. Pero aquellos que efectivamente vieron la luz entre el humano 9.999.999.999 y el 10.000.000.001 revelaron, con el tiempo, ser poseedores de dones extraordinarios. Fue así como el destino los congregó para formar la célebre liga de los "Defensores Insignes del Planeta" (La D.I.P.), una compañía de varones y mujeres que se enfrentaron al crimen, repelieron invasiones intergalácticas y desbarataron los turbios designios del oscuro Sabio Tenebra, entre otras gestas memorables.  

En tan ilustre hermandad destacó Onuba Awanaba, una mujer de notoria preeminencia por su condición de sinestésica. Nacida en la remota región de Bouba Kiki, Onuba tenía la singular capacidad de percibir el color verde como el sabor del caramelo, si bien sus poderes trascendían ampliamente esa curiosa peculiaridad.  

A su vera figuraban Auringi Yayyan, un hombre cuya prodigiosa ambidestreza le permitía acometer hazañas manuales de gran dificultad; Gades Gádir, campeón universal de Go y ajedrez; y Elvira Granada, una artista circense de renombre, versada en el arte del trapecio, la contorsión, el malabarismo y las disciplinas del ilusionismo como asistente de magos, prestidigitadores y mentalistas.  

Más tarde se incorporaron Olissipo Ulishbona, un hombre cuyo cerebro era tanto una bendición como un tormento, aquejado de condiciones febriles como hipermnesia, anamnesis y eidética, y su esposa, Aeminium Conimbriga, nacida en los gélidos montes de la isla Winhof, cuya resistencia al frío era tal que podía caminar descalza por la nieve durante días enteros.  

Finalmente, tras largas deliberaciones, se les unió la legendaria Minotaura(sic) de Creta, quien, no sin cierta reluctancia, accedió a formar parte de aquella singular cuadrilla.  

Cabe mencionar que otros cuantos integrantes, igualmente pertenecientes al linaje de los "10.000", permanecen en el misterio. Mas sus proezas, aún veladas por el tiempo, se narrarán en capítulos venideros.  

Los 10.000

Recuerdo, con claridad cristalina, que siendo yo niña aconteció un revuelo colosal en las redes sociales y demás medios de comunicación. La ...

 

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